“En la presentación de la edición francesa del trabajo de Rosa Luxemburgo sobre la Revolución rusa, Robert Paris señalaba con justeza que “Reeditar a Rosa Luxemburgo es ante todo un acto político, una actividad partidista (...) porque el ‘luxemburguismo’ se definió esencialmente como un radicalismo revolucionario”. Hacerlo a cincuenta años de su muerte y casi cien de su nacimiento, en un idioma donde sus obras políticas son prácticamente desconocidas, adquiere una doble significación: la de un homenaje a la revolucionaria asesinada por el canalla de Noske y, a la vez, la del rescate de una elaboración teórica y política fundamental para el marxismo, silenciada durante largos años por el estalinismo. Hoy su nombre aparece repetidamente en las manifestaciones políticas de la nueva izquierda, de los estudiantes, obreros, etc. Hasta aquellos que de socialistas tienen solamente el nombre pretenden utilizarla contra la revolución. ¡Destino singular el de esta mujer: ser incomprendida y combatida por amigos y enemigos, pero en el fondo temida por todos! Porque ni la socialdemocracia supuestamente “democrática” ni la misma Unión Soviética, muerto Lenin, pueden soportar la carga antiburocrática, antidictatorial, pero socialista del pensamiento de Rosa Luxemburgo”.
José Aricó
La relectura de una obra fundamental como la de Rosa Luxemburgo aporta hoy claves al pensamiento revolucionario mundial. En su ensayo La Revolución rusa. Un examen crítico, escrito durante su período de reclusión en la cárcel de Breslau (1918), realiza una crítica incisiva al desarrollo de la Revolución rusa y los sucesivos trastornos sufridos en su evolución a consecuencia de la ruptura producida con la socialdemocracia occidental. El consecuente aislamiento y las restricciones impuestas por los bolcheviques a la democracia obrera figuran entre sus principales críticas a este proceso revolucionario. La Revolución rusa. Un examen crítico se publica en 1922 por iniciativa de Paul Levi, compañero de militancia, luego del asesinato de esta audaz revolucionaria junto con Karl Liebknecht.