En el presente texto encontramos una voz relatora que se sitúa en las montañas para hacernos llegar, en forma jocosa y nostálgica, todas las peripecias de un guerrillero para poder subsistir. Una autobiografía montañera es la que nos entrega Alí Gómez García, a lo largo de cuyas líneas el lector –además de conocer de muchos pormenores de esas experiencias–, disfrutará de los recursos lingüísticos dialectales utilizados por el autor para transcribir fielmente la manera de ser y pensar de los personajes, comenzando con él mismo.
Este libro es “… una versión de la lucha de clases en la Venezuela de los años sesenta, bajo la óptica de un jovenzuelo de un barrio pobre de Caracas. Es la versión emocionada y feliz de un militante de las bases, a diferencia de interpretaciones amargas, pesimistas y nada autocríticas, como son las de muchos de los que nos dirigieron en aquellos tiempos. Es un testimonio de lo que vivió, escuchó, entendió y soñó, relatado con un humor que no tiene nada que ver con la intención de divertirse o divertir.
Se trata -este humor- de un recurso psicológico elemental de la rebeldía por parte del oprimido, frente al enemigo capitalista que lo quiere explotado, además de triste y sumiso… Como dicen los nicas: ‘A esta alegría el enemigo le teme’…”.
Carta a Casa de las Américas
Alí Gómez García