Los seres inferiores
“Este libro es de algún modo la restitución de la conciencia a una revuelta de infancia propiciada por la angustia y la inconformidad. Aquella todavía incausada tribulación se me había impuesto desde los primeros bancos escolares bajo la entonces solo intuida certeza de que cuanto allí se nos inculcaba como historia virtuosa y verdadera, no era sino fragmentaria y engañosa preceptiva de un sistema de valores que justificaba, falseaba o encubría diversas formas de dominación social. La imagen brutal e inhumana que sobre los pueblos indígenas los manuales oficializaban sin recato se hacía en mi corazón, por simple contravención que generaba la sospecha, causa por la que bien valía la pena insubordinarse, tanto más cuando en cada uno de nosotros una parte de la sangre, del espíritu, de la piel o de los sentimientos, en poco o en mucho, provenía de aquellos a quienes se humillaba.”
Gustavo Pereira
Esta obra analiza algunos prejuicios ideológicos que llegaron a consolidar conceptos deformados de la identidad americana. Encontraremos en este volumen documentos escritos a partir del siglo XVI que tratan, entre otras cosas, el supuesto canibalismo del pueblo caribe, mito legitimado por el clero y la monarquía y reproducido por autores como Fernández de Oviedo, Girolamo Benzoni y Fray Pedro de Aguado, con el fin de justificar el sometimiento; paradójicamente esa licencia moral sirvió de pretexto para exterminar tanto a pueblos guerreros como a pueblos pacíficos. En palabras del autor, los colonizadores proclamaron que los vencidos no tenían idiomas sino dialectos, ni orden legal sino anarquía, ni vestimentas sino desnudez malsana, ni casas sino chozas insalubres, ni sanas costumbres sino vicios y holgazanería; hecho que acarreó un sentir común de inferioridad, incapacidad y dependencia que aún persiste. Esta obra deja en evidencia cómo la historiografía, todavía vigente, ha normalizado estigmas que promueven la discriminación y el rechazo del imaginario latinocaribeño, sin embargo, deja también como certeza el hecho de que la esencia de las culturas originarias no fue totalmente sepultada, fragmentos de sus memorias tapiadas perviven: fabulaciones, cosmogonías y libros pintados hablan por los vencidos en defensa y rescate de su dignidad.