
El acoso de los insurrectos
“Este libro es de algún modo la restitución de la conciencia a una revuelta de infancia propiciada por la angustia y la inconformidad. Aquella todavía incausada tribulación se me había impuesto desde los primeros bancos escolares bajo la entonces solo intuida certeza de que cuanto allí se nos inculcaba como historia virtuosa y verdadera, no era sino fragmentaria y engañosa preceptiva de un sistema de valores que justificaba, falseaba o encubría diversas formas de dominación social. La imagen brutal e inhumana que sobre los pueblos indígenas los manuales oficializaban sin recato se hacía en mi corazón, por simple contravención que generaba la sospecha, causa por la que bien valía la pena insubordinarse, tanto más cuando en cada uno de nosotros una parte de la sangre, del espíritu, de la piel o de los sentimientos, en poco o en mucho, provenía de aquellos a quienes se humillaba.”
Gustavo Pereira
Esta obra reflexiona en torno a las hazañas heroicas que buscaron reconquistar la independencia de las tierras americanas y la libertad de sus pueblos, gesta silenciada por una historiografía cuyo objetivo fue glorificar al civilizador. Los indígenas y los nativos africanos traídos como esclavos no fueron indulgentes con el conquistador; medidas como la guerra, la resistencia pasiva (que ”flojos”) e incluso el suicidio, se tomaron para repudiar la invasión. Las luchas de los insurrectos se mantuvieron hasta tres siglos después de iniciado el proceso de conquista, escasas victorias fueron logradas, pero las armas de los españoles garantizaron la aniquilación física casi total de los pueblos levantados. Sin embargo, el ímpetu rebelde y el sentimiento anticolonialista permanecieron latentes. Afirma el autor que el ”implacable proceso de exterminio, aculturación y transculturación instaurado por el primer colonialismo requería de un sacudimiento igualmente inexorable y radical”. Las voces de los primeros insurgentes, que por mucho tiempo fueron calladas -como la de Guaicaipuro, Anacaona, Huatuey, Andresote-, serían respaldadas y acrecentadas luego por insumisos que enfrentarían con la misma energía a la oligarquía explotadora.