“Eduardo Sanoja
nos trajo el candil
turpiales del monte
pájaro infantil
que no necesita
ni uno ni mil
son versos alegres
luz de toronjil
Un turpial buenmozo
de verbo sencillo
nos canta su golpe
nos canta estribillo
con palabra en flor
negro y amarillo
pájaro cantor
préstame tu brillo”
Alejandro Moreno
De los pájaros del monte no hay ninguno que se llame garrotero. Pero Eduardo es un pajarito garrotero, es como un turpial que busca palabras para hacer su nido. Un nido que no necesita ramas secas sino hojas verdes. Así es este libro, un nido de hojas verdes floreciendo en los caminos. Las palabras de Eduardo son como güetepereques, esos escarabajos que cuando están patas arriban logran voltearse rapidito. Las palabras de Eduardo son así, van volteándose, jugando por los montes. De vez en cuando aparecen en los caminos y se nos muestran. Palabras del monte, palabras bonitas, palabras que brincan como arditas.