
"Sabemos que, junto al comportamiento óptimo de esta naturaleza ofrecida, está la inventiva humana nacida al calor de la necesidad. Es entonces cómo el invierno y la sequía le definen al campesino del llano, esa casa de dos tiempos, porque de ella depende su comida, su trabajo y también su subsistencia y su vida.
Fruto, con esa gran fuerza que define su andar y su quehacer, nos demarca un camino, una ruta que, con pasos gigantes o pequeños, podremos recorrer y decirle algún día: tus enseñanzas –nacidas del pueblo mismo–, son y serán siempre patrimonio del pueblo porque el constituye propósito y n de esa gran meta: la redención humana. Compartimos estas ideas porque creemos en el pueblo, porque ellas son la voz que lo expresa y los pasos que daremos: ¡la acción que lo define!".
Nelly Nieves
La arquitectura cultural debe concebirse como una formulación que irrumpa y haga consciente los particulares valores humanos de cada territorio, en la producción de cualquier proyecto arquitectónico. Los países en desarrollo están al margen para estructurar su propio pensamiento y futuro; y, peor aun, para idear respuestas partiendo de soluciones prefabricadas desde el exterior. Son innumerables los fracasos arquitectónicos en nuestras ciudades de Latinoamérica, y en este caso, Venezuela, con estructuras alejadas de nuestro hábitat tropical. En esta conferencia, dictada en 1984, Fruto Vivas expone e ilustra de una manera sencilla y reveladora los saberes de nuestros campesinos, indígenas y llaneros, los cuales deslegitiman la técnica mercantilista con sus modelos a seguir a cualquier costo. Esta conferencia es una declaración de principios por sus ideas revolucionarias poco ortodoxas. Es una declaración legítima y rebelde del ordenamiento de las ciudades, campos y provincias indígenas, ante una realidad donde el hombre sigue estando en un segundo plano en un mundo diseñado para las cosas. Es una invitación para integrar nuestras herencias ancestrales con el actual y vertiginoso mundo.