![Intifada, volátil y explosivo](http://www.elperroylarana.gob.ve/wp-content/uploads/2017/04/intifada_volatil_y_explosivo-1.jpg)
Se trata de un poemario militante, compuesto por una selección de líricas del MC borinqueño Luis Díaz. Decimos poemario, poeta, poesía -a pesar de lo que el canon y la crítica más conservadora puedan opinar- porque las letras aquí reunidas conjugan la potencia de la palabra underground /callejera con un tratamiento estético y reflexivo del lenguaje, que hunde sus raíces en la tradición de la lucha anticapitalista nuestramericana y de los pueblos oprimidos del mundo. Roque Dalton, Martí, Unamuno, Huidrobo, Neruda, Darío, Albizu Campos, Lenin, Filiberto Ojeda, Bolívar y el Che son algunas de las influencias y referencias que definen el devenir poético/político del rapero, del historiador, del poeta. Decimos pues poema, poemario, política y poesía porque con esta obra esperamos profundizar la ruptura de los límites que definen lo artístico, práctica en la que la Revolución Bolivariana ya tiene oficio. Al respecto de la palabra, de lo dicho, lo decible y por decir, de lo escrito y lo cantado, del lenguaje, su potencia y posibilidad, hagamos como dice el poeta:
Vamos a distribuirlo, dividirlo y expropiarlo para colectivizarlo
vamos a pavimentarlo, vamos, vamos a sembrarlo
y a regarlo y a abonarlo
sobre una orquídea de fuego para jamás olvidarlo.
“Eran los primeros días de septiembre de aquel 2006. Junto a Beni, Master y Apolonia organizábamos la Segunda Cumbre Internacional de Hip-Hop, que no era un festival, tampoco un concierto más, era nuestra versión joven y revolucionaria de una especie de “Congreso de los pueblos”. Un atrevimiento en clave musical que pretendía romper con la inercia de los festivales tradicionales y de la canción política de ese entonces, repetitiva en su forma y discurso. Intentábamos reunir voces de otro tipo, con otro acento, la voz de las calles de una nueva Latinoamérica que andaba alzada. En realidad, era un congreso internacional de jóvenes pobres que venían rompiendo dogmas y conservadurismos, con el rap como excusa y pasión. La canción política de aquellos días tenía otras características, nacía en las calles al calor de las revoluciones del continente, no provenía de escuelas, ni contaba con costosos instrumentos. Ausente en las radios, sin discos. Se hacía escuchar únicamente con la más antigua de las armas: la palabra”.
Gustavo Borges Revilla.