Este libro es “como la voz de un fósforo/ deslizándose hacia una hoguera/ que nadie encendió” para formar un diálogo necesario contra el olvido y contra la esterilidad de los discursos vacíos de contenido útiles al sistema, porque “esa autoritaria invención/ de lo que somos/ divide a miles de millones cada día/ en temerosos fragmentos/ en partículas que se pudren/ en despreciables resplandores”. Este poemario devela la sutil escatología que se esconde tras la vida cotidiana, juntando con coraje, indignación y rabia versos que logran “respirar en la memoria del algunos otros”, que interpelan acerca de lo que significa ser y hacer en este tiempo de la historia, donde todo vale y nada es lo que parece.
“Esta nueva edición de la obra nos muestra al Ibargoyen más rítmico, más contenido, más sintético, más zen (según la meditación del zen patriarcal), que dice:
‘Es un método para pensar sin pensamiento ordinario, trascendiendo todos los métodos de la argumentación lógica. Pensar sin ningún método para pensar, es dar oportunidad a que despierte el intelecto intuicional o sabiduría’. Y, sin duda, esta es una obra más accesible para un nuevo público. Versos de presencia insólita y profunda, que desgraciadamente no detendrán las rotativas de las revistas de modas literarias enfrascadas en comercializar lo banal, y hasta lo evidentemente barato. El breve, pero inmenso volumen dividido de una manera original en versos con libro y versos sin libro, fluye deliciosamente en nuestras manos; son canciones de ánimo para la lucha, abierta coplería que el autor tiene que cantar con toda su violencia. El escriba afina el terco ojo que cambiará lo mirado y hace que sus páginas crezcan “como una fuerza de agrietada luz” frente al lector”.
Juan Carlos Castrillón