
—¿Le contó que lo seguían?
—Me lo dijo y no le presté mayor atención. Germán solía ver manchas donde solo había sombras. En un par de ocasiones establecimos medidas de seguridad a causa de sus aprensiones y comprobamos que no había de qué temer. A veces su imaginación lotraicionaba.
—¿Cree que no era verdad que alguien lo seguía?
—Lo atribuí a su miedo, pero luego de lo que usted me ha contado, ya no sé qué pensar –dijo Terán y miró hacia la puerta del taller, como si temiera la repentina llegada de un extraño indeseable.
—¿Sucede algo?
—Sus preguntas sobre Germán me hicieron recordar lo sucedido con Julio Suazo, un compañero que murió atropellado hace ocho meses. El culpable se dio a la fuga. Unos testigos consiguieron identificar el modelo del auto y su patente, y con esos datos se supo que el vehículo pertenecía a un sargento en retiro del Ejército. Un abogado de nuestro grupo denunció el hecho a la justicia y no logró que se iniciara una investigación.
La oscura memoria de las armas
La cesantía de Heredia llega a su fin cuando una profesora recurre a su ayuda para investigar la muerte de su hermano menor. Las primeras informaciones apuntan a que se trató de un asesinato ocurrido en el transcurso de un asalto callejero, pero el detective desconfía de las apariencias y comienza un trabajo que lo llevará a hurgar en la oscura memoria de su país y a recorrer los bajos fondos de Santiago pesquisando las huellas que le permitirán resolver una de sus más complicadas y trascendentes investigaciones.
La oscura memoria de las armas es una pieza más del mosaico sobre la sociedad chilena que ha construido Díaz Eterovic a través de las novelas protagonizadas por Heredia.
Esta novela obtuvo el Premio a las Artes Nacionales Altazor 2009 y el Premio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile 2009. Ha sido publicada en Italia y Francia, con una favorable acogida de la crítica y los lectores de esos países. “Diaz Eterovic ha logrado conceder las letras de nobleza a la novela policial escrita en el país y ha convertido a su protagonista, el detective privado Heredia, en un destacado representante de la galería prototípica de los héroes o antihéroes de este tipo de relatos. Las obras de Díaz Eterovic conjugan un singular apego a los códigos de la novela policial y un afán de memoria y de testimonio…”.
Fernando Moreno. Universidad de Poitiers. Francia.