“Esta obra procura demostrar que es una falsedad histórica la Capitulación de Miranda, urdida por sus enemigos y verdaderos negociadores de la Capitulación, quienes ocultaban al Precursor los términos de sus conversaciones con Monteverde. La descomposición del régimen colonial, que culminó en la Guerra de Independencia, hizo posible que en esta participaran personajes de la más diversa índole y que aquel proceso estuviera caracterizado por contradicciones de todo género: clases y castas sociales, criollos y europeos, mantuanos y plebeyos, concepciones jurídicas variadas, formas de lucha, etcétera. Todo ello dentro del marco contradictorio de una lucha iniciada por la nobleza criolla, esclavista y feudal, inspirada en una ideología capitalista burguesa.
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La recia personalidad de Miranda, su limpia trayectoria patriótica, su fama universal y su clara posición por la Independencia suscitaba resistencias y envidias; los jóvenes como los Bolívar y los Ribas eran, por el contrario, sus más decididos partidarios. Existió una verdadera conjura contra el Generalísimo que se manifestaba en sabotaje a sus órdenes, intrigas y campañas de desprestigio. Esa conjura terminó en la tragedia que llevó al gran venezolano a la prisión de La Carraca y ha continuado hasta nuestros días con la mentira de su Capitulación.
Como es obvio, este libro abre un amplio campo de investigación y análisis de un capítulo de nuestra historia de la más grande importancia. Sin duda suscitará polémicas e interpretaciones contrarias. De allí surgirá la verdad de unos hechos que interesan aclarar al historiador científico y a la nación venezolana. La significación de este libro se encuentra en el propósito de profundizar en el estudio de un fenómeno que hasta ahora no se ha dilucidado. Nunca antes se había puesto en duda “la Capitulación de Miranda”. Por primera vez se lleva a cabo una investigación como esta. Por eso, el interés de esta obra. “
Roberto Hernández Wohnsiedler
La conspiración contra Miranda (1810-1812) plantea la tesis que el “venezolano universal” –en escasos 19 meses de acción y creación de la Primera República– en ningún momento refrendó una capitulación con el comandante general de las tropas de la regencia española Domingo Monteverde, sino que delegó en los “patriotas” Antonio Fernández de León y José Sata y Bussy convenir un armisticio que diera resultados satisfactorios a fin de negociar la paz para ambas partes. “Estos dos personajes engañaron, modificaron y alteraron las disposiciones encomendadas por el Generalísimo –no existe documento alguno firmado ni refrendado para tal capitulación–“. El autor, para confirmar su apreciación al respecto, incorpora una novedad: una carta enviada por Fernando Miyares, capitán general de Venezuela, al canario Monteverde, en la cual rechaza su pretensión de atribuirse la suprema autoridad en la Capitanía General para aquel entonces.
En síntesis, esta obra tiene una sencilla narración que dilucida los malintencionados hechos que circundaron a uno de los más grandes hombres de América; el Precursor de la Independencia venezolana; el General Francisco de Miranda Rodríguez.