La incertidumbre ante el desconocimiento del paradero de Chávez y su supuesta renuncia, y la autojuramentación de Carmona como nuevo presidente, generó una movilización popular inmediata en varios puntos del país.

Hugo Chávez, incomunicado, se encontraba pasó por la base de Turiamo para luego permanecer en La Orchila, gracias a grabaciones de esos momentos sabemos que Chávez conversó constantemente con soldados y superiores a los que les reiteraba que era el presidente constitucional de Venezuela y no había renunciado. El gobierno de facto comienza a derrumbarse cuando sus aliados rechazan el Decreto Carmona y esa movilización popular que desde el 12 de abril exigía saber del presidente comienza a congregarse en masa cerca del palacio presidencial de Miraflores.

Luciano Vasapollo relata en ¡Chávez presente! la expresión  del poder del pueblo venezolano:

“El golpista Carmona abrogó la Constitución, anuló todas las leyes votadas por el Congreso, disolvió el Parlamento y secuestró al legítimo presidente Hugo Chávez para después obligarlo a firmar el acto de renuncia. En ese momento, fue la decisiva reacción del pueblo venezolano, en particular el de Caracas, la que obligó a huir a los golpistas al grito de: “¡Nosotros queremos a nuestro presidente!”

El día 13 de abril, a viva voz “Chávez, amigo, el pueblo está contigo” y “Chávez no renunció, lo tienen secuestrado”, la movilización de la gente en las calles de forma voluntaria era innegable, sin embargo, el silencio de los medios privados aún persistía al hacer caso omiso de dichas manifestaciones con una programación de películas y dibujos animados mientras el país, en la calle, reclamaba por respuestas. Reclamaba a su presidente.

Ante este llamado vacío comunicacional el trabajo de los medios comunitarios, iniciativas que tuvieron una proliferación vertiginosa desde el comienzo de la Revolución Bolivariana, fue esencial para facilitar la organización del poder popular en las calles.

La Brigada de Maracay fue el epicentro del movimiento que logró el rescate de Hugo Chávez en La Orchila y su traslado hasta el Palacio de Miraflores. El retorno del líder de la Revolución Bolivariana al poder en el 2002 profundizó la unión cívico-militar que se ha consolidado con el ahora presidente Nicolás Maduro.

El escritor George Ciccariello-Maher explica en el trabajo Nosotros creamos a Chávez:

“Para los sectores leales del ejército, la presencia de las masas en las calles fue tan decisivo como fue el caso en 1989: cementó su convicción de que no solo era necesario luchar, sino que la lucha se podía ganar”.

También José Ramón Blasco puntaliza en su libro Oigamos la voz del pueblo:

“La participación protagónica del pueblo sigue siendo el único recurso valedero para acabar con “el divorcio que aún perdura entre el que piensa y el que hace”.

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Si quieres ahondar en los acontecimientos que formaron parte de una de las fechas fundamentales de nuestra historia reciente y sus consecuencias  revisa los siguientes libros que podrás descargar gratuitamente desde nuestra página:

Abril, golpe adentro, de Ernesto Villegas Poljak

Del 11 al 13, de José Roberto Duque

El golpe del 11 de abril, de Guillermo García Ponce

El 11 de abril: palabra por palabra, de Mylene Cegarra

La noche de los generales, de Alexis Rosas

La conciencia de la lealtad, de Andrés Ramón Giussepe Ávalo

Abril sin censura, de Germán Sánchez Otero

Dictadura mediática en Venezuela, de Luis Britto García

Golpe de radio, de José Ignacio López Vigil

Amaneció de golpe, de José Ignacio Cabrujas

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