Los venezolanos, aún conmocionados por la violencia del 11 de abril, vieron en las pantallas de los medios de comunicación privados como se borraba de un plumazo todo lo conseguido con esfuerzo y trabajo por el gobierno legítimo de Hugo Chávez Frías.

Una transmisión en vivo, que forma parte de la historia televisiva de nuestro país, nos mostró como Pedro Carmona, presidente de Fedecámaras, se autojuramentaba como presidente interino del país.

El ‘nuevo presidente’ disolvió los poderes públicos y removió de sus cargos a los gobernadores, alcaldes y concejales elegidos a través del voto de los venezolanos. Eliminó 49 leyes habilitantes, y derogó la Constitución de 1999, documento fundamental de la Revolución Bolivariana.

Este momento al que algunos le han endilgado el nombre de ‘El Carmonazo’ es uno de los eventos analizados con profundidad en el libro Los documentos del Golpe compilado por la Defensoría del Pueblo:

“Carmona Estanga desató de inmediato la persecución de los funcionarios y líderes del movimiento bolivariano. Los allanamientos de viviendas y oficinas se hacían con las cámaras de televisión y de prensa detrás de los esbirros. Se trataba de mostrar al mundo que el pueblo venezolano repudiaba al gobierno depuesto, por lo que convocaban grupos de civiles para que intentaran linchar a los perseguidos”.

Al pasar de las horas,  el gobierno del autojuramentado comenzaba a desmoronarse y desde la noche de ese 12 de abril el pueblo se lanzó a las calles con una interrogante constante durante esas horas: ¿Dónde está Chávez?

Una consecuencia de estos hechos, golpe de Estado del 11 de abril del año 2002 y el paro empresarial y el sabotaje petrolero de finales del año 2002 y principios de 2003, distorsionaron los valores económicos y sociales que venían en franca recuperación en el país.

Franklin González en La Venezuela de Chávez y el mundo de hoy explica que:

“Los costes materiales directos de estos sucesos fueron altísimos, valorados entre seis mil y siete mil quinientos millones de dólares, pero los indirectos y sus efectos a medio plazo fueron más graves. Por lo tanto, la situación económica empeoró en pocos meses y  prácticamente hubo que comenzar el rumbo de nuevo”.

En conmemoración de aquellos días trascendentales en los que el pueblo unido al ejército, y otros actores nacionales, demostraron el ejercicio en pleno del poder popular organizado, en la Fundación Editorial El perro y la rana queremos recomendar la lectura de libros fundamentales para recordar la importancia de  aquellos días y generar una reflexión mayor en torno a los retos a los que nos enfrentamos diariamente.

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Si quieres ahondar en los acontecimientos que formaron parte de una de las fechas fundamentales de nuestra historia reciente y sus consecuencias  revisa los siguientes libros que podrás descargar gratuitamente desde nuestra página:

Abril, golpe adentro, de Ernesto Villegas Poljak

Del 11 al 13, de José Roberto Duque

El golpe del 11 de abril, de Guillermo García Ponce

El 11 de abril: palabra por palabra, de Mylene Cegarra

La conciencia de la lealtad, de Andrés Ramón Giussepe Ávalo

Abril sin censura, de Germán Sánchez Otero

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