Poemas de Miguel Hernández

Imagen de tu huellaEl silbo vulneradoEl rayo que no cesaCancionero y romancero de ausencias son títulos poéticos de los que surge esta intensa antología de Miguel Hernández, cuyo prefacio se titula Imagen de su huella, en referencia al primer libro de madurez publicado a los veinticuatro años del singular poeta español. Si físicamente no pudo sobrevivir a la secuelas de la Guerra Civil española (julio 1936-abril 1939), su legado literario profundo y humano, en cambio, no sólo mantiene el entusiasmo que tuvo en su momento, sino que ha ido encarnándose en la tradición misma de la lengua y es aliento vivo para las mejores causas a favor de la liberación política de los pueblos en contra de las pretensiones hegemónicas de los fascismos de cualquier especie.

Acerca del libro

“Esta mínima antología de la poesía de la etapa de mayor madurez de Miguel Hernández, está dirigida en principio a un lector joven, pero desde luego, también a ese lector maduro que ha ido macerando dentro de sí, entre dichas y congojas, la lozanía inexpugnable de la lengua. Leer a Miguel Hernández por primera vez, puede llegar a ser, insistimos, encontrar la puerta de entrada a la tradición de la poesía del Siglo de Oro (que le antecedía como a nosotros muchos siglos), puede significar además, la comprensión de ese afán del hombre a favor del hombre, médula de la humanidad y aspiración, todavía inconclusa, de la época moderna.”.

Luis Alberto Angulo

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Ficha técnica
Autor:
Género: Literatura
Categoría: Poesía
Año de publicación: 2016
Formato: 14x21
Núm. de páginas: 144
Compilador: Fundación Editorial El perro y la rana
ISBN digital: 9789801434108
Sobre el autor
Miguel Hernández

(España, 1910-1942)

Poeta español que desarrolló su capacidad para la poesía gracias a ser un gran lector de poesía clásica española. 

A partir de 1930 comienza a publicar sus poesías en revistas como El Pueblo de Orihuela El Día de Alicante. Durante la década 1930, viaja a Madrid y colabora en distintas publicaciones, estableciendo relación con los poetas de la época. Devuelta a Orihuela redacta Perito en Lunas (1933), donde se refleja la influencia de los autores que lee en su infancia y los que conoce en su viaje a Madrid.

Escribe los poemas El silbo vulnerado (1934), Imagen de tu huella (1934), y el más conocido: El Rayo que no cesa (1936).

De repente cae la Guerra Civil en el país donde es detenido al intentar cruzar la frontera a Portugal y vive en la dura prisión que le robó la salud en plena juventud, pero no logró impedir que escribiera en ella significativa parte de sus obras más elevadas: Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1938) con un estilo conocido como “poesía de guerra”. Por último, acabó su poemario Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941). 

Las obras de Miguel Hernández expresan su belleza y autenticidad, el luminoso y trágico signo de la poesía de mayor acento popular escrita en España en la pasada centuria. Sus poemas fueron editadas en su lengua y traducidas a otras.