
Los Decigramas, que así los ha llamado Heberto, son otro paso para seguir enalteciendo la décima y el caligrama, que es decir, la literatura, la poesía, la gente, al pueblo sabio que inexplicablemente en su dialéctica nos guía y orienta a evoluciones cada vez más motivadoras en este mundo de ingenio y cultura.
Y he aquí entonces que cuando la décima es una propuesta no común en cuanto a su presentación, un grito irrumpe en nuestro andar para detenernos a mirar con otra perspectiva a la décima y el caligrama. Heberto González logra en su causa y efecto que empecemos a vincularnos no solo con ellos sino también con el argumento. (…) Los nuevos soportes como la multimedia, el internet, la animación digital y otros recursos innovadores, hacen que la poesía impulse la creación a vínculos donde el escritor obtenga herramientas para obligarnos a fijar la atención en lo que trae y saca del sombrero cual acto de magia.(…)