Por Marco Aurelio Rodríguez

Fueron largos años de la guerra por la emancipación, que se extendió por todo el territorio de la Provincia de Venezuela. Cuando la independencia era apenas un sueño de libertad, la soberbia imperial quiso que su sombra demencial cubriera todo nuestro territorio y la enfrentamos hasta vencerla. Hoy, doscientos años después, las mismas ideas, la misma lucha, el mismo reto y, como entonces, seguimos empeñados en ser libres. Nuestra voluntad en nada ha cambiado.

Aquella confrontación de entonces, no se libraba exclusivamente en el campo de batalla, se debatía por igual en el campo de las ideas. Para ello era fundamental contar con un órgano desde el cual los argumentos de la razón, de las nuevas ideas que arrastraban consigo las viejas formas de poder –y que eran punta de lanza de las luchas patrióticas–, encontraran espacio y voz propia en el mundo.

La visión estratégica de Bolívar conocía bien la urgente necesidad de una imprenta, “tan útil como los pertrechos”, decía, que permitiera a las fuerzas patriotas la edición de un semanario para difundir sus ideas, decisiones y victorias que supiera enaltecer las glorias de la naciente república.

Fue entonces cuando el genio Bolívar decidió, junto a un grupo de patriotas, crear una herramienta comunicacional –un periódico semanal–, que enfrentara y, a su vez avivara la lucha ideológica e informativa entre los conservadores y realistas –que idealizaban el pasado y la subordinación a la corona española– y los patriotas que buscaban la creación de una república nueva, libre y soberana.

En ese contexto nació el Correo del Orinoco (1818-1822), dirigido en un principio por Francisco Antonio Zea, Juan Germán Roscio, José Rafael Revenga, además de un nutrido grupo de importantes colaboradores.

La visión global de Bolívar no desvinculaba los factores sociales, políticos y militares del escenario de la guerra. Y la imprenta jugaría un papel decisivo. De allí la agudeza del concepto de la imprenta como artillería del pensamiento. Un obús que llegara a lo profundo de las líneas enemigas y cuyo estruendo agitara las conciencias y revolviera el cieno de las viejas ideas hundidas en el fondo de tres siglos de dominio español.

En el bicentenario del primer número del Correo del Orinoco, la Fundación Editorial El perro y la rana, a la vanguardia de la democratización del acceso al libro y la lectura en Venezuela, pone en las manos de nuestras lectoras y lectores, la publicación Correo del Orinoco. El ariete intelectual del Libertador, como una edición especial con motivo de su aniversario.

El folleto, elaborado por la socióloga Claudia Morales, quien hace parte del equipo de editores de esta casa editorial, reúne la información más elemental sobre el Correo del Orinoco combinándola con anécdotas y datos no muy conocidos con el objeto de dar a conocer al pueblo venezolano y a los pueblos del mundo la historia de este, el primer medio de comunicación genuinamente venezolano. Esperamos que este folleto sea un ariete para derrumbar las sombras y que ilumine nuestra conciencia con la luz de Bolívar, la luz de la libertad, la luz de la Patria.

Esperamos que puedan asistir a la presentación de este folleto en formato impreso en la Filven 2018 el día jueves 15 de noviembre a las 5 p.m. en la sala Ana Enriqueta Terán, Gobernación de Distrito Capital.

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