ME OBSESIONA UNA IMAGEN

A Gustavo Pereira

 

Me obsesiona una imagen que es muchas

Es la imagen de un patio llovido

Y de unas flores tímidas.

La imagen de un niño mirando las nubes

mientras un gato duerme sobre las hojas secas.

Es una vieja imagen que me sigue

cuando abro los ojos:

veo la cara húmeda del tiempo

y sueño, dentro de la hamaca,

con los inviernos rotos.

 

Mientras tanto

mi cuerpo cumple su destino de cuerpo

por estos arrabales, va por antiguas callejas

reconociendo fachadas en su paseo nocturno.

Entra el cine, al bar. Y bebe su ron solitario.

Tantas veces vine, tantas veces fui

buscando esa Nada, sin saberlo.

 

 

YO QUE ME CREÍA

 

Yo que me creía un gran poeta

Que me creía un hermoso imbécil con barba

Que me creía un sol cotidiano

Ahora me asomo al cuarto cerrado

De mi espíritu

Y veo peces dormidos bajo el agua

Veo pájaros perdidos en la noche blanca

Veo mis ojos aparecer en la puerta de mi alma

 

Considero también la posibilidad de irme por el cielo

A beber cervezas con los amigos al lado de aquella nube

Que me hace guiños detrás de la mejilla de Dios

 

 

SOBRE LA PIEL DEL MAR

 

Sobre la piel del mar

la luz azul

del amanecer

recoge los restos

de la noche

y los envía

a la alcoba

donde los amantes

se han llenado

cada uno en el cuerpo

del otro

y caminan sigilosamente

en la penumbra

de la habitación

en busca

de agua

y de silencios acurrucados en rincones

afueras las palmas comienzan

su diálogo con el viento

mientras voy en busca del dulce pezón

de donde salgo limpio

a buscar los horizontes

a pescar delicias marinas

para mi boca

para mi labio inquieto de sueños

llevo tatuadas en la espalda

caricias de la amada

la brisa entra al espíritu

como ráfaga milagrosa

que detiene el tiempo

en la palma de mi mano

 

 

ENAMORAO

 

El cielo me regala nubes borrachas

el mar me envía mensajes

a través de estas palmeras

las gaviotas alimentan fantasmas al romper

las olas

la brisa marina me estampa la cara

la imagen de tus

ojos

con su bandolín mi padre me dedica un valse triste

desde una

barcarola

una pareja joven pasa ante mis ojos

derrotada por el

amor

y un niño le pone un lacito de algas

en la tenaza a un

cangrejo.

 

Allá dentro en la cocina de la casa

tú murmuras una canción marinera

mientras las botellas de vino refrescan la nevera

y los pescados crepitan en el aceite

para excitar a los

gatos

y acrecentar nuestro apetito de existir.

Un mosquito atraviesa la piel de mi brazo

con su dulce pinchazo

para confirmarme que estoy vivo

te llamo para que veas pasar la próxima edición de

gaviotas

las ruinas del pobre pasado de este pueblo

me deslumbran con sus muertes desconocidos

que pensaban en un

futuro

qué fortuna poder vivir este presente contigo

amor mío

enamorao como estoy de tus piernas de majarete del

trópico

de tus brazos de durazno joven

y de tus ojos que me miran desde una distancia turquesa

pues la muerte aquí no tiene recuerdo

perdió la memoria siendo niña

con un cabezazo que se dio distraída

con la bóveda del

cielo

abre tus brazos amor mío allí voy

como un meteoro a cobijarme en tus pechos

y a regalarte mi aliento

enamorao

metido en este atardecer bondadoso

que se ha dedicado a hacerme feliz

con todas sus

fuerzas

y

con todas

sus lágrimas.

 

 

MI ALMA

 

Mi alma lee a veces poemas para calmar su sed

ingenuamente cree

que puede ir más allá.

Mi alma disfruta de placeres efímeros

para recordarlos después

como cosas inmensas.

A menudo se enamora de una mujer

y yo se lo permito

también a veces dona un clavel a un anciano

en el parque

y se aleja sola a caminar entre los árboles.

Mi alma está habitada de pequeños pensamientos ilusos

y de faroles que se encienden calladamente

al fondo de sí misma.

Mi alma solicita un permiso para dormir junto a mí

se despierta antes que yo a preparar el día

abriéndose paso entre las cosas reales.

Yo le sonrío y la llevo conmigo

le agradezco en secreto

todo lo que hace para salvarme

me lleva a la cama me arrulla y le habla a mis sueños

pero mis sueños no hacen caso de ella

mis sueños siempre le huyen a mi alma

y ella triste se refugia en mi cuerpo

mientras yo le digo alma mía ten paz que algún día

estaremos tú y yo nada más

pasaremos de largo entre las cosas reales

y después tranquilamente

saldremos a dar un paseo entre las nubes.

 

 

PLAYA SANTA

 

Una hoja de palma

roza el cielo

de soslayo acaricia un buque

con el recuerdo de tus ojos

irisa el mar

entre los escombros de este corazón

un albastros bebe cielo

y los ojos del pez solicitan asombro

de los vecinos

para urdir

las tramas de recuerdos mojados

tus manos de lluvia

atenúan la soledad

en esta isla con nombre de domingo

que abre el pasado

y arde en el mar de los sentimientos guardados como joyas

en la gaveta infiel

de la memoria.

 

 

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