Este jueves 21 de septiembre, el mundo celebra el Día de la Bibliodiversidad. Esta fiesta, que inició hace siete años y que coincide con el inicio de la primavera en el Hemisferio Sur, tiene como objetivo llamar la atención sobre la importancia del libro como bien cultural, su libre circulación y su función social. Este término comenzó a usarse en los años 90′ cuando se creó el colectivo Editores independientes de Chile, y fue la Alianza Internacional de Editores Independientes quien contribuyó significativamente a la difusión y la promoción del término en varios idiomas.

Para comprender el significado de este día, es necesario aclarar que los editores independientes, según los define la Alianza, son editores “de creación”, pues participan activamente en la toma de decisiones, siendo garantes de la pluralidad y de la difusión de las ideas, así como la emancipación y el desarrollo del espíritu crítico de los lectores. Es por eso que sin ellos no sería posible la Bibliodiversidad.

La Alianza de los editores independientes es una asociación regida por la ley francesa, sin fines de lucro y con la participación de más de 400 editoras y editores provenientes de 45 países, creada en la primavera del año 2002. Todos que participan en la circulación de ideas y en la construcción de una sociedad civil internacional, promoviendo acuerdos comerciales solidarios entre sus miembros,  para desarrollar procesos de coedición de textos.

En la Declaración Internacional de los Editores Independientes, para contribuir a la defensa y promoción de la Bibliodiversidad (2014), reconocen al libro como un bien público y sugieren a las comunidades convertirse en actores y defensores de esta diversidad cultural adaptada al libro, pues en actualmente corre peligro por la sobreproducción que favorece la dominación de unos pocos grandes grupos editoriales.

Puede leer más sobre esta declaración a través del portal web http://www.alliance-editeurs.org/?lang=es

 

T/ Prensa FEPR

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