La historia escrita sobre la conquista y colonización del valle de Caracas la recoge el cronista José de Oviedo y Baños en Historia de la conquista y población de la Provincia de Venezuela (1723). Posteriormente, escritores y escritoras, preocupados por el más auténtico tradicionalismo venezolano, nos dejaron estas primeras ediciones sobre el perímetro conocido como el “Cuadrilátero histórico de Caracas” y un poco más allá: Arístides Rojas, Crónica de Caracas (1846); Santiago Key Ayala, Los nombres de las esquinas de Caracas (1926); Enrique Bernardo Núñez, La ciudad de los techos rojos (calles y esquinas de Caracas) (1948); Carmen Clemente Travieso, Las esquinas de Caracas (1956); Guillermo Meneses, Libro de Caracas (1967); Aquiles Nazoa, Caracas física y espiritual (1967); estos dos últimos impresos en el Cuatricentenario de Caracas. Casi todos los mencionados, y otros menos conocidos, han recolectado también leyendas y crónicas, y desde un siglo antes otros se interesaron particularmente por relatar las costumbres de época.

 

 

Se dice que es único o propio de Venezuela que las coordenadas de la ciudad se resistan a nombrarse de otra manera que no sea por el cruce de las esquinas. El responsable es el mismo pueblo que defiende esa potestad de más allá de conocer o no la génesis real de estos nombres, relacionados en su mayoría con la arquitectura y las circunstancias de un pasado. Lo más interesante es que esos nombres singulares esconden también anécdotas singulares; guardan aún, en el trasunto de su misterio, el sabor pícaro de los hechos más corrientes, simpáticos o incluso trágicos de la vida cotidiana.

Edgar Abreu, con don para contar, picardía entre líneas y estilo poético, ha convertido en cuentos breves una compleja trama histórica. El resultado es este hermoso libro ilustrado, dispuesto para ser leído por jóvenes y todo lector interesado. Más aún, el autor ha creído necesario regalarnos un preámbulo para relatar, en fascinante síntesis, las memorables batallas que los indígenas originarios y sus caciques más aguerridos (conozcan aquí sus nombres y sus historias) sostuvieron por quince años contra la invasión del territorio más ambicionado por los españoles a su llegada: el Valle de Caracas; esos fueron los nativos caracas, junto con otros grupos de pobladores allende el valle. Cuando aprendimos en las escuelas que Santiago de León de Caracas fue fundada por Diego de Losada en 1567, no se destaca una realidad: que aquello no fue otra cosa que la imposición y el sometimiento de los poderes civil, militar y religioso. No nos hablaron mucho más sobre lo que hubo detrás de esa fecha, ni sobre qué cenizas levantaron la ciudad ahí donde está la Plaza Bolívar, el centro simbólico, el origen de todo. No nos ponen en primer relieve esta parte triste y valerosa de nuestra memoria más humana.

 

 

Ahora, una vez que el autor comienza a develar el significado de algunos nombres de las esquinas de la vieja o antigua Caracas, no lo hace aturdiéndonos con fechas. Él reconstruye el paso del tiempo a través de un panorama vertiginoso, trayéndonos desde siglo xvi, con la fundación de la ciudad, la Colonia, la Independencia, la primeras repúblicas, la Guerra Federal, y dejándonos parados en medio del siglo xix; un tiempo que es pasado remoto, pero todavía lleno de resonancias… Para eso nuestro narrador supo escoger con tino una colección de lo más típico de esas leyendas. Sin guiarse por la horma cronológica, salta de un tiempo a otro, siguiendo solamente esos hilos temáticos y sutiles, esos motivos interesantes que no se olvidan y que en lo fragmentario componen un universo mágico. Esos detalles sugestivos son la esencia de la anécdota y, detrás de estas, no obstante, está latente la Historia en todo su rigor o talante serio y pesado: la Catedral, con su torre como emblema, fue testigo de terremotos y otros eventos; la esquina de Sociedad donde se protagonizaron los proyectos de Independencia; el desaparecido Paseo de los Cipreses, con su ambiente místico y musical; la esquina Principal, que remite a la Conspiración de Gual y España, el paso terrorífico de Boves por Caracas, de cómo Guzmán Blanco con su afán modernista demolió reliquias antiguas, de cómo bajo el puente de Catuche la gente hacía su paso natural para llegar hasta la Plaza de Armas, de la historia del Jesús el nazareno y sus procesiones, de la muralla que se construyó para defender la ciudad de los saqueos de piratas franceses, ingleses y holandeses.

 

 

Un libro como este no solo nos ayuda a conocer los hechos ocultos detrás de estos nombres intrigantes de las esquinas en el casco histórico, también nos habla de cómo hemos sido y de cómo queremos ser para preservarnos en la resistencia humanista por la identidad y la tradición común.

La presentación de esta obra, en su versión digital, se llevará a cabo en la sala Hugo Chávez,  el martes 25 de julio a las 4:00 pm., en la Feria del Libro de Caracas 2017. Contará con la presencia del autor. Quedan todos invitados.

 

 

 

(T/ Coral Pérez , editora de la FEEPR)

 

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