El martes 6 de marzo la Editorial realizará en la estación Bellas Artes del Metro de Caracas, a las 10:00 a.m., una lectura colectiva en homenaje al poeta trujillano Ramón Palomares, uno de los trovadores más importantes de la literatura venezolana del siglo XX. Con esta actividad, El perro y la rana rinde homenaje a este poeta trujillano al conmemorarse el pasado 4 de marzo, dos años de siembra.

Las tierras andinas venezolanas hicieron de Palomares un hombre humilde y de  principios, características que deben ser recordadas para que sirvan de ejemplo a las nuevas generaciones. Formó parte de los grupos vanguardistas más importantes de la época, siendo el primero el grupo literario Sardio. Quienes conformaban esta agrupación eran movidos por las inquietudes artísticas e ideológicas y el gusto por la bohemia. Sardio reunía a escritores, artistas plásticos y gente del mundo cinematográfico, como Guillermo Sucre, Rómulo Aranguibel, Elisa Lerner, Salvador Garmendia, Francisco Pérez Perdomo, Carlos Contramaestre, Edmundo Aray, Caupolicán Ovalles, Elizabeth Schön, Manuel Quintana Castillo y Mateo Manaure, entre otros. Quienes más adelante formarían el colectivo vanguardista El Techo de la ballena.

Su poesía está llena de afectos familiares. El entorno rural que lo cobijó durante su evolución como ser humano, las costumbres del campesino han servido de musa para realizar sus escritos. Fue un profundo admirador del Padre de la Patria y su gesta independentista, estos sentimientos se hacen presentes en su obra al incluir en ella la historia nacional y la de sus héroes, haciendo un sentido homenaje a aquellos hombres y mujeres que dieron sus vidas para el logro de la libertad que hoy disfrutamos.

Entre su repertorio bibliográfico podemos incluir: El reino(1958), Paisano (1964), Honras fúnebres (1965), Santiago de León de Caracas (1967), El vientecito suave del amanecer con los primeros aromas (1969), Poesía. Antología (1985), Adiós Escuque (1974),Elegía, el viento y la piedra (1984), Mérida, elogio de sus ríos (1985), Alegres provincias (1988), Lobos y halcones (1997), En el reino de Escuque (2006) y Vuelta a casa (2007).

A lo largo de su vida obtuvo los siguientes reconocimientos: Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal, Mención Poesía (1965) con Paisano; Premio Nacional de Literatura, Mención Poesía (1974) con Adiós Escuque; Premio Municipal de Literatura del Concejo Municipal del Distrito Libertador del Estado Mérida (1992) por su obra completa; y el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Los Andes (2001). Para homenajear al poeta, esta casa editorial publicó el libro Viejo Lobo de la colección Juventudes Comandantes

Palomares vio la luz del mundo en Escuque, el 7 de mayo de 1935. Desde muy joven mostró su pasión por la escritura, arte en la cual se destacó mas adelante además de convertirse también en crítico y narrador. Aunque nos honró con su presencia física hasta el 4 de marzo de 2016, su calidad humana y enseñanzas permanecerán inmortalizadas en cada una de sus obras, dejando para la posteridad un legado de nobleza, honradez e inteligencia que vale la pena fomentar.

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