El colectivo artístico demostró que “el arte es una revolución, un artista que hace la obra y lo transforma es un revolucionario”.

El pasado viernes, 24 de marzo, El Techo de la Ballena rindió homenaje al Primer Manifiesto “Rayado sobre el Techo N.° 1”, que se publicó el 24 marzo de 1961 simultáneamente con la exposición colectiva “Para Restituir el Magma”. El evento se realizó en los espacios de la Librería del Sur del Teatro Teresa Carreño.

En esta actividad, contó con la presencia de dos de sus miembros fundadores: Juan Calzadilla y Daniel González, quienes estuvieron acompañados por el Colectivo Literario Susurradores de Misión Cultura. El Centro Nacional del Libro (Cenal) y Monte Ávila Editores Latinoamericanos, instituciones hermanas de la Plataforma del Libro y la Lectura, apoyaron a El perro y la rana durante la realización de la toma cultural.

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La presentación se inició con el conversatorio dirigido por Juan Calzadilla, poeta del movimiento vanguardista, y Daniel González, artista plástico de El Techo de la Ballena, quienes ofrecieron para la audiencia su exposición acerca del Primer Manifiesto.

¿Cuándo y dónde fue creado El Techo de la Ballena?, ¿quiénes integraban el movimientos artístico?, y ¿de dónde surgió su nombre? fueron unas de las tantas incógnitas respondidas por los personajes que se han encargado de hacer historia en el arte venezolano.

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Según Juan Calzadilla, el movimiento se constituyó en marzo de 1961 en Caracas, y reunió por breve tiempo a un grupo de jóvenes escritores como Adriano González León y Salvador Garmendia; así como también algunos poetas, tales como Francisco Pérez Perdomo, Efraín Hurtado, Caupolicán Ovalles, Dámaso Ogáz y Edmundo Aray, quienes habrían de llevar a cabo la renovación literaria contemporánea del país.

“El Techo de la Ballena fue una agrupación de artistas plásticos y escritores que tuvo la necesidad de abrir nuevas puertas para plantear un movimiento nuevo, y por lo tanto no tenían apoyo por las galerías en esa época. El Techo nació y quiso o pretendía ser una congregación de comunistas en guerrilla urbana”, dijo Calzadilla.

También afirmó que “El Techo sin la plástica no hubiera funcionado”, ya que en Venezuela hay propuestas innovadoras muy fuertes en el área de las artes plásticas que no hay en la literatura. “El Techo buscaba crear posición sobre la política nacional hacia el Pacto de Puntofijo, que no solo afectó a los políticos, sino también a los intelectuales de izquierda que tenían ideas propias, y esto fue lo que El Techo alcanzó con mucha persecución en ese momento, porque nunca fuimos tomados en cuenta durante el gobierno de Bentancourt, y a partir de ese Primer Manifiesto de El Techo de la Ballena, nos lanzamos a las calles a mostrar nuestro trabajos artístico y literario”, resaltó el poeta.

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Asimismo, recordó que este movimiento proponía reivindicar la labor de los jóvenes y publicar los libros de poesía, que en ese tiempo pretendía renovar el lenguaje literario que se había dado en Europa y en EE. UU. Además, había posiciones radicales e intransigentes que chocaban con el buen gusto y los buenos modales, y que reflejaban burlas y críticas de lo que se estaba viviendo en el país. “El grupo de artistas y escritores nace con la idea de mostrar a la sociedad que era reprimida y a través de la pintura, la literatura y la poesía fuimos experimentando con varias exposiciones por todas las rincones de Caracas”.

“Para Restituir el Magma”, poema escrito por Edmundo Aray, fue de donde nace el nombre del Primer Manifiesto, entregado en una hoja plegada que sería luego la revista del movimiento: Rayado sobre el Techo. En el manifiesto se consigue la esencia armónica de la avasallante explosividad que el grupo profesaba. Al revisar su contenido se encuentra la ferocidad en la imagen del magma: “Es necesario restituir el Magma, la materia en ebullición, la lujuria de la lava, demostrar que la materia es más lúcida que el color”.

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Para Daniel González, artista plástico venezolano, “El Techo es una imagen poética-literaria, un sistema de comunicación, un lenguaje que no tiene nombre, que combina una palabra para identificar varios objetos. Por ejemplo, El Techo de la Ballena choca contra la superficie del mar, es lo que identifica un símbolo”.

Para celebrar a este grupo artístico, ícono de los años 60′, se puede descargar a través del portal web de la Editorial  y redes sociales parte de la biblioteca facsimilar de El Techo de la Ballena: Dictado por la jauría (Juan Calzadilla, 1961), Duerme usted, señor presidente? (Caupolicán Ovalles, 1962), Los venenos fieles (Francisco Pérez Perdomo, 1963) y Sube para bajar (Edmundo Aray, 1963).

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T/Prensa/FEEPR

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