Un documento que no tiene desperdicio

Fernando Casado Gutiérrez, en su libro publicado por la Fundación Editorial El perro y la rana, El nuevo invento para atacar a Venezuela: El Cartel de los Soles, desnuda una estrategia llamada a sembrar la duda entre la población venezolana y el mundo acerca de la idoneidad de sus dirigentes principales, haciendo énfasis en la persona de Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y uno de los líderes formadores de opinión más influyentes del país. Es un libro cuyo contenido se hace interesante porque desmonta otra estrategia más del gobierno estadounidense y su empeño por acabar con la revolución bolivariana.

En primer término, el profesor Casado, denuncia cómo los medios de comunicación estadounidenses se hacen cómplices del gobierno de su país y de sus círculos más reaccionarios para servir de agentes multiplicadores de una campaña que intenta inventar, a través de uno de los jefes de seguridad de Chávez y posteriormente escolta de Diosdado Cabello –Leamsy Salazar–, una supuesta organización de narcotráfico compuesta por oficiales de alta graduación del gobierno bolivariano, denominada el Cartel de los Soles.

Una vieja pócima en copa nueva

Sin embargo, la investigación de este catedrático, profesor del Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador, va arrojando luz sobre este plan hasta desmontar la leyenda con la que la CIA y la NSA han pretendido, nuevamente, vulnerar la integridad del movimiento bolivariano en Venezuela.

Este tipo de acción no es nueva. La historia de los planes de propaganda norteamericana se repiten en diferentes épocas y contextos distintos. Esta vez se valen de personajes que estuvieron en las filas del chavismo. Para armar la trama, Leamsy Salazar denuncia actividades de narcotráfico, al tiempo que es secundado por el exmagistrado del Tribunal Supremo de Justicia, Luis Velásquez Alvaray, acusado de incurrir en actos de corrupción en la construcción de la sede de los tribunales. En el mismo tenor interviene otro exmagistrado del mismo Tribunal Supremo, Eladio Aponte, destituido por la Asamblea Nacional venezolana por colaborar con el narcotraficante Walid Makled, y completa el elenco Rafael Isea, exministro de Finanzas durante el mandato de Chávez y gobernador del estado Aragua, imputado por haber incurrido en actos de corrupción.

Llama la atención que cada uno de estos sujetos vociferaron su denuncia de la supuesta existencia del Cartel de los Soles solo después de haber huido, prófugos de la justicia venezolana, a territorio norteamericano.

La calidad de estos testigos es solo una muestra de la componenda en la que medios como ABC, La Razón, Washington Post y otros que conforman la conexión Estados Unidos-España, pretenden encauzar a Venezuela. El libro El nuevo invento para atacar a Venezuela: El Cartel de los Soles, revela esa vieja fórmula servida en copa nueva, con la que órganos de inteligencia de EE.UU. pretenden socavar la resistencia de los venezolanos y hacer que su voluntad sucumba frente a las intenciones del enemigo.

Fuera de control

En el avance de su investigación el profesor Fernando Casado dirige su atención sobre la DEA, la agencia antinarcóticos norteamericana, y hace un paneo sobre su historia y los innumerables escándalos en los que se vio inmersa esta organización, al punto de que su directora, Michele Leonhart, renunciara –estuvo al frente de la DEA desde el año 2007 y hasta el 14 de mayo del año 2015– cuando una investigación interna revelara que agentes de la DEA organizaban fiestas sexuales con prostitutas en la ciudad de Cartagena, Colombia.

El informe en cuestión arrojó que este tipo de actividades se remontaban al menos al año 2001. Los agentes involucrados recibieron como única pena la suspensión de sus funciones de dos a diez días. La DEA recibió armas y equipos de los narcotraficantes. Se vieron comprometidos equipamiento e información, recibieron dinero de los narcos a los que “combatían”. El escándalo afloró cuando el presidente Obama visitó Cartagena en 2012, y se estableció que varios de sus agentes de seguridad se vieron involucrados con prostitutas que previamente habían sido contactadas por sus colegas de la DEA. La investigación realizada por el senado norteamericano sí dejó algo en claro: “La DEA es una agencia completamente fuera de control”.

El número 82

Este libro, entre otros de sus logros, ofrece datos e información detallada que los medios de comunicación de la derecha escamotean permanentemente. Como por ejemplo sobre el caso de Álvaro Uribe Vélez, expresidente colombiano, quien durante sus funciones como senador colaboraba activamente con su íntimo amigo Pablo Escobar Gaviria, jefe del Cartel de Medellín.

El invento del Cartel de los Soles tiene relación directa con Álvaro Uribe, declarado enemigo de Chávez y de la revolución bolivariana. La información que Fernando Casado incluye aquí la investigó entre documentos de los organismos norteamericanos y de sus periódicos más relevantes. Así, la obra expone ante la luz pública un informe del gobierno de Estados Unidos, realizado en 1991, que cataloga a los capos más importantes del narcotráfico colombiano, pero que fue conservado en secreto y posteriormente publicado por Newsweek, en el año 2004. Este informe hacía pública información muy sensible acerca de los vínculos del narcotráfico con el expresidente colombiano Álvaro Uribe, y lo presentaba como “un político colombiano y senador dedicado a la colaboración con el Cartel de Medellín en los altos niveles del gobierno”. Álvaro Uribe Vélez fue clasificado allí como el número 82.

Advertencia para nuestra memoria

De los datos y el contexto en el que se presenta la información en torno al Cartel de los Soles podemos deducir que se trata de un discurso que pertenece más a las lógicas de construcción de laboratorio, a un recurso de los organismos de inteligencia y contrainformación norteamericanos, que a hechos verídicos.

Vale la pena que recordemos que en Venezuela fuimos testigos de un golpe de Estado en 2002, en el que se premeditó y realizó una emboscada con francotiradores, y que sus organizadores, a la postrer, resultaron ser “incautos inocentes, preñados de buenas intenciones”. Debemos recordar que los procesos electorales realizados en nuestro país se hicieron de manera pulcra, y que esos procesos electorales eran declarados por la derecha como fraudes cada vez que sus resultados eran contrarios a las expectativas de la oposición. Asimismo, es preciso recordar que la decisión de un grupo importante de la oposición violenta con el beneplácito de la porción “moderada”, desarrollaron acciones (guarimbas) llamadas a tumbar el gobierno, y que estas arrojaron como resultado el deceso de decenas de personas inocentes. Ahora los responsables de la muerte de esos seres humanos son llamados por los medios de la derecha “presos políticos”.

Después de estas tantas mentiras que han esgrimido contra nuestro país, como muchísimas otras que tampoco debemos olvidar, es fácil entender que a este nuevo engaño, que se viene esgrimiendo contra nuestro país, se le ven las costuras.

La obra de Fernando Casado, publicada por la Fundación Editorial El perro y la rana, es un testimonio que debe servirnos como escudo ante la mentira, más aún en momentos en los que el senado norteamericano exige la libertad de los políticos presos, jefes de las guarimbas, y cuando pretenden enredar en la mentira del Cartel de los Soles a Tareck El Aissami, vicepresidente ejecutivo de Venezuela, quien en su gestión como ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, metió tras las rejas a setenta y cinco capos internacionales del narcotráfico, solicitados por Interpol, y batió récord de incautaciones realizadas en materia de drogas. Esto último sí es una verdad clara, comprobable y plena como la luna llena.

(T/Prensa/FEEPR)

Deja un comentario