En sus obras denuncia las grandes mentiras con las que los poderes terrenales y celestiales relegan a los desplazados y excluidos. Con audacia, encuentra belleza y profundidad en el lenguaje de la miseria.
Con pinceladas expresionistas nos recuerda los esperpentos de Valle- Inclán, sabe proponer fuerzas para la esperanza y la poesía, a pesar de la resignación y de las vidas truncadas de sus personajes que se preguntan cada mañana: “¿Dónde nos ponemos a pensar, que no esté la pobreza arrimada?“.