“Escribir no es un sentido, sino un estado,

no un entender, sino un ser”.

Cesare Pavese

Por Armaray Mijares

Cesare Pavese conocía la señal que anuncia la muerte. La sintió acercarse fría y con la lentitud a los diecisiete años, lo que le llevó a escribir a finales de 1926 un poema en el que hablaba del revólver con el que habría de quitarse la vida. “Un día u otro repetiré el gesto con un revólver en la mano”.

Así es el inicio y el final de la vida de Cesare Pavese, reconocido poeta italiano y una de las grandes figuras literarias de la primera mitad del siglo xx, que consagró su vida al oficio de sufrir. Nació a finales de la década de 1910 en el Piamonte de Santo Stefano Belbo, rodeado de una naturaleza exuberante y fértil. Desde la ventana de su cuarto podía ver las montañas que rodeaban su comuna: “… paseos arbolados en un prado, la ciudad fría al pie de las montañas, los anuncios de neón rojo frente a la plaza de las montañas, los domingos errantes hacia esta plaza”.

Siendo apenas un niño de seis años, muere su padre, lo que le causa un primer trauma. El pequeño Cesare ha perdido su inocencia, la muerte se convertirá en una distante pero no ausente compañera. Su madre compensará la ausencia del marido, pero educando estrictamente a su hijo como una manera de aferrarlo a la vida.

El joven Pavese se gradúa en Filología Inglesa con una tesis sobre el poeta estadounidense Walt Whitman. Comienza a trabajar en el mundo literario haciendo colaboraciones para la revista La Cultura y realizando traducciones de Gertrude Stein, John Steinbeck, Ernest Hemingway, John Dos Passos, William Faulkner, Daniel Defoe y James Joyce.

Pavese se consagra como poeta con los libros Trabajar cansa (1943), La tierra y la muerte (1945) y Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (1951). “En Lavorare stanca (Trabajar cansa) entraba toda mi experiencia desde el día en que abrí los ojos, y era tanta la alegría de sacar al sol mi primer oro, que no sentía monotonía. Entonces, todo estaba en mí por descubrir”.

Junto a Giulio Einaudi y su amigo Leone Ginzburg fundan la editorial Einaudi, que se convirtió en una referencia de la industria editorial y cultural europea. Trabajó como lector, consejero y toma contacto con grupos intelectuales de Turín.

Sus infructuosas relaciones con las mujeres (en especial el desengaño amoroso producto de la ruptura de su relación sentimental con la actriz norteamericana Constance Dowling) hacen que la existencia de Pavese se tambalee. A Dowling le dedica su poema más famoso “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”:

“esta muerte que nos acompaña

desde el alba a la noche, insomne,

sorda, como un viejo remordimiento

o un absurdo defecto. Tus ojos

serán una palabra inútil,

un grito callado, un silencio”.

 

Su amor no correspondido, la tristeza por la muerte de su padre y su ánimo depresivo lo llevaron a suicidarse con una sobredosis de pastillas en un hotel turinés en 1950. Sus últimas palabras en el diario fueron: “Todo esto da asco. No palabras. Un gesto. No escribiré más”. Y así llegó a su fin para quien el acto de vivir fue un oficio y la literatura un camino para la búsqueda de certezas.

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